jueves, 28 de julio de 2011

Infarto de miocardio: cronobiología y factores de riesgo.

El periodo del día en el que somos más propensos a padecer un infarto es entre las 7:00 y las 12:00 aproximadamente. Esto es así debido a tres factores de nuestro ciclo circadiano:
  • El aumento de la presión sanguínea.
  • La mayor viscosidad de la sangre.
  • La incapacidad de los vasos sanguíneos de agrandarse tanto como por la tarde.


La formación de ateroma en las paredes arteriales está asociada a la inflamación de bajo grado debido, principalmente, al exceso de consumo de grasas y azúcares insaludables en la dieta y al sedentarismo. El ejercicio regular, sin embargo, aumenta el colesterol HDL que "limpia" las arterias de esta placa.
En este vídeo podemos ver el proceso que desemboca en un infarto de miocardio.

Fuente: Dailymotion.com

martes, 26 de julio de 2011

Cronobiología.

En este interesante programa de Redes nos hablan sobre la cronobiología, una disciplina de la fisiología que estudia los ritmos biológicos.
Una de las hormonas reguladoras de estos ritmos es la melatonina, cuya cantidad varía a lo largo del día, aumentando en las horas de oscuridad e induciendo el sueño y disminuyendo durante las horas de luz.
Gracias a la cronobiología podemos responder a diferentes cuestiones como:
  • ¿A qué horas del día nuestro rendimiento cognitivo es mayor?
  • ¿Es necesaria la siesta?
  • ¿Por qué los adolescentes se acuestan y se levantan más tarde?
  • ¿Cuáles son las mejores horas para hacer ejercicio?
  • ¿Qué consecuencias tiene realizar trabajos nocturnos?
  • ¿Cómo afecta un fármaco al organismo dependiendo de la hora del día?

lunes, 25 de julio de 2011

Más evidencia de que el ejercicio podría mantener la agudeza del cerebro.

Aunque comience a una edad tardía, la actividad física puede ayudar a conservar la capacidad mental.
Los adultos mayores que se mantienen activos podrían ayudar a reducir sus probabilidades de perder capacidades mentales, según sugieren dos nuevos estudios.
"Observamos una medida objetiva de actividad física. La mayoría de estudios anteriores observaban niveles autorreportados de actividad física, que siempre conllevan cierto error inherente", señaló la autora líder del primer estudio Laura E. Middleton, del Centro de Recuperación del Accidente Cerebrovascular de la Heart and Stroke Foundation, en el Instituto de Investigación Sunnybrook, en Toronto.
Al usar esta medida, los investigadores hallaron que los que estaban más físicamente activos tenían un riesgo 90 por ciento más bajo de desarrollar un declive cognitivo significativo, en comparación con los que estaban menos físicamente activos, apuntó.
"Debido a que este método puede capturar todos los tipos de actividad física, esto sugiere que la actividad física de baja intensidad podría ser importante", señaló Middleton. "No se trata solo de trotar, nadar o montar bicicleta, sino que tal vez tan solo moverse por la casa, realizar tareas, caminar al aire libre podría también ser una protección importante contra el deterioro cognitivo".
"No debemos solo animar a la gente a hacer ejercicio, sino disuadirles de ser sedentarias", añadió.

En el segundo estudio, un equipo liderado por Marie-Noel Vercambre de la Fundación de Salud Pública de la Mutuelle Generale de l'Education Nationale en París, observó el efecto de la actividad física en mujeres que participaron en el Estudio cardiovascular de antioxidantes en las mujeres, que incluyó a mujeres con enfermedad vascular y tres o más factores de riesgo de enfermedad cardiaca.
Los investigadores hallaron que las mujeres más físicamente activas tenían las tasas más bajas de desarrollo de declive cognitivo. Además, las mujeres que hacían caminatas a paso vivo por 30 minutos cada día, o su equivalente, tenían un riesgo más bajo de deterioro cognitivo.
El Dr. Eric B. Larson, del Instituto de Investigación en Salud Grupal de Seattle y autor de un editorial acompañante en la revista, comentó que la asociación entre la actividad física y la capacidad mental probablemente tenga que ver con la salud vascular general.
"A medida que envejecemos, es probable que nuestros cerebros puedan soportar menos estrés", comentó. Pero el ejercicio mejora la salud vascular, añadió.
Larson cree que los beneficios del ejercicio sobre la capacidad mental pueden acumularse incluso si uno comienza a hacer ejercicio a una edad avanzada. "Podría haber incluso más beneficio, porque el estado es más arriesgado", dijo. "Para una persona mayor, simplemente seguir caminando es un beneficio inmenso".
Incluso tras el inicio de la demencia, el ejercicio puede resultar beneficioso, aseguró Larson. "Caminar una, dos o cuatro veces por semana con un cuidador lleva a mejores resultados y una persona más feliz", afirmó.

Fuente: MedlinePlus

viernes, 22 de julio de 2011

Los adultos mayores tienen que hacer más ejercicio para mantener el tamaño muscular.

Investigadores hallan que el entrenamiento de resistencia una vez a la semana mantiene la fuerza (nota: aunque se hable de resistencia, el entrenamiento es de fuerza).
Según un estudio reciente, los adultos mayores tienen que hacer más ejercicio que los adultos jóvenes para mantener su tamaño muscular. 

Los investigadores examinaron cuánto ejercicio era necesario para mantener o incrementar la masa, el tamaño y la fuerza muscular en adultos de 20, 35, 60 y 75 años.
En la primera fase de 16 semanas del estudio, todos los participantes hicieron tres series de ejercicios de entrenamiento de resistencia (ejercicio de prensa para piernas, extensiones de rodilla y sentadillas) tres veces por semana. En la segunda fase de 32 semanas, los participantes se dividieron en tres grupos: a algunos se les pidió que interrumpieran por completo el entrenamiento de resistencia, a otros se les dijo que redujeran el entrenamiento a un día a la semana, y al resto se le pidió que redujeran el entrenamiento a un día y a una serie de ejercicios de resistencia (en lugar de tres series) a la semana.
En los adultos jóvenes, el tamaño del músculo se mantuvo en ambos grupos que redujeron su entrenamiento. Este no fue el caso de los adultos mayores, cuyo tamaño muscular se redujo incluso cuando hicieron entre una y tres series de ejercicios un día a la semana.
Sin embargo, un día de entrenamiento de resistencia a la semana era suficiente para que los adultos mayores y jóvenes mantuvieran su fuerza, al menos durante un periodo de tiempo prolongado.
"Nosotros no somos partidarios de que las personas entrenen solamente un día a la semana de forma indefinida, pero sí creemos que un programa de este tipo puede ser efectivo durante períodos temporales de tiempo en que es difícil mantener un régimen de ejercicio intenso y constante varias veces por semana", señaló el líder del estudio Marcas Bamman, de la Universidad de Alabama en Birmingham, en un comunicado de prensa del Colegio Americano de Medicina Deportiva (American College of Sports Medicine).
El estudio aparece este mes en la publicación Medicine & Science in Sports & Exercise.
"Nuestros datos son los primeros que sugieren que los adultos mayores necesitan una dosis de mantenimiento semanal mayor que los individuos más jóvenes para mantener los incrementos en la masa muscular inducidos por el entrenamiento de resistencia", agregó Bamman.
Bamman apuntó que todos los adultos "deberían incluir ejercicios de resistencia progresivos en su régimen semanal, pero siempre habrá momentos, como un viaje prolongado o una enfermedad en la familia en que el régimen de ejercicio sea difícil de mantener". En tales casos, según el estudio, hacer ejercicios de resistencia una vez a la semana es ciertamente mejor que no hacer nada.


Fuente: MedlinePlus

jueves, 21 de julio de 2011

¿Es necesario estirar durante el calentamiento?

Existe un debate sobre la efectividad de los estiramientos antes de realizar alguna actividad física.
Hasta hace bien poco, nadie dudaba de su efectividad y todos los realizábamos dentro de nuestra rutina antes de realizar cualquier actividad física y además, enseñábamos en nuestras sesiones de educación física la forma más adecuada de llevarlas a cabo a nuestros alumnos.

Pues bien un trabajo reciente llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Washington y la USA Track and Field Association (USATF), de EE.UU., que se ha presentado en el último congreso de la American Academy of Orthopaedic Surgeons, concluye que los estiramientos no previenen necesariamente las lesiones. Se incide en la importancia de las rutinas para evitar las lesiones, así como en la correcta alimentación.

"La importancia de una rutina"
Los estiramientos no previenen necesariamente las lesiones. Al menos, éstas son las conclusiones de un trabajo reciente llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Washington y la USA Track and Field Association (USATF), de EE.UU., que se ha presentado en el último congreso de la American Academy of Orthopaedic Surgeons. Es el primer estudio que examina la relación entre los estiramientos y el riesgo de lesión. Los investigadores han analizado a un total de 2.700 personas de más de 13 años, divididas en dos grupos: uno que realizó unos minutos de estiramientos antes de correr casi 17 kilómetros cada semana durante 3 meses y otro que no los practicó. 
Los miembros del primer grupo estiraron los músculos cuádriceps, los isquiotibiales y los gemelos. Los resultados no mostraron diferencias significativas respecto a las lesiones: la incidencia fue del 16% en ambos grupos. 
No obstante, los investigadores detectaron algo sorprendente: sí es importante seguir una rutina, ya que cualquier cambio puede causar problemas, tanto iniciar un programa diario de estiramientos como abandonarlo. En cifras, quienes iniciaron el hábito de estirar aumentaron las posibilidades de sufrir daño en un 22%. Quienes lo hicieron al revés, es decir, abandonaron esta práctica, sufrieron más porque esta misma probabilidad aumentó en un 40%. Por tanto, un cambio inmediato de régimen de estiramientos puede ser más determinante que el régimen en sí mismo. 
Sin un asesoramiento adecuado y con unos kilos de más, tobillos, ingles, pies y rodillas son las zonas más propensas a sufrir lesiones.
Además del hecho de no seguir una rutina, se detectó mayor probabilidad de sufrir lesiones en personas con un índice de masa corporal (IMC) elevado, que habían sufrido problemas recientes o padecían alguna lesión crónica. Los corredores de más edad y quienes corrieron más kilómetros por semana también registraron un mayor riesgo de lastimarse. Las zonas más habituales fueron pies, tobillos y rodillas, sin diferencias de género. 
Las conclusiones de los investigadores se centran en dejar de garantizar que los estiramientos aporten un beneficio "seguro" a todas las personas. Por este motivo, recomiendan que cada una siga la rutina de ejercicio que considere más adecuada para su organismo y que le provoque mayor bienestar. 


Actualización: en este metaanálisis cuyos datos se han dado a conocer en enero de 2017 se concluye que "a pesar de algunos estudios periféricos, se obtuvieron estimaciones consistentemente favorables para todas las medidas de prevención de lesiones (entrenamiento de fuerza y entrenamiento propioceptivo), excepto para el estiramiento. El entrenamiento de fuerza redujo las lesiones deportivas a menos de 1/3 y las lesiones por uso excesivo podrían reducirse a la mitad".

Fuente: El blog de Maixua

Artículo original: USA Track & Field

jueves, 7 de julio de 2011

Dormir poco reduce el gasto energía y eleva la posibilidad de engordar.

La falta de sueño altera el día, pero también el metabolismo, lo que hace que el organismo utilice menos energía.
Este resultado, publicado en American Journal of Clinical Nutrition, se suma a las pruebas de que la pérdida de horas de sueño promueve el aumento de peso no sólo por producir hambre, sino por hacer más lento el proceso de gasto calórico.

El estudio sugiere que dormir más horas podría prevenir el aumento de peso, según el doctor Christian Benedict, de la Universidad de Uppsala en Suecia, autor principal del estudio.
Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos estiman que entre 50 y 70 millones de personas en el país norteamericano, incluida una gran cantidad de empleados por turnos, tienen falta de sueño crónica y trastornos del sueño.
El equipo de Benedict estudió a 14 varones universitarios bajo una serie de "condiciones" de sueño (sueño reducido, nada de sueño y sueño normal) durante varios días y, luego, determinó las variaciones en la cantidad de comida que ingerían, los niveles de azúcar en sangre y de las hormonas, y la velocidad de la actividad metabólica.
Los autores observaron que hasta una sola noche de sueño perdida volvía más lento el metabolismo a la mañana siguiente y reducía entre un 5 y un 20 por ciento el gasto energético de funciones como respirar y digerir, comparado con los resultados después de una buena noche de descanso.
Después de no dormir, los participantes también tuvieron niveles matinales más altos de azúcar en sangre, de las hormonas reguladoras del apetito, como la grelina, y de las hormonas del estrés, como el cortisol.
Aun así, esa pérdida de horas de sueño no provocó un aumento de la cantidad de comida que los hombres ingirieron durante el día.
Varios estudios habían determinado que las personas que duermen cinco horas o menos son más propensas a engordar y a desarrollar enfermedades asociadas, como la diabetes tipo 2. Pero eso no prueba que la falta de sueño cause el aumento de peso.
"Se desconoce si la falta de sueño provoca obesidad", dijo la doctora Carol Everson, que no participó del estudio.
Factores como el estilo de vida y la alimentación también influyen en el riesgo de engordar, agregó Everson, experta en sueño de la Facultad de Medicina de Wisconsin.
Es tentador asociar el sueño con la obesidad, pero la falta de sueño es más complicada, sostuvo el doctor Sanford Auerbach, que dirige el Centro de Trastornos del Sueño del Centro Médico de Boston. Por ejemplo, indicó, hay fármacos y otras enfermedades que alteran el sueño.
Los resultados, comentó Auerbach, deben mantenerse en su contexto. "Demuestran que nos adaptamos a la falta de sueño y que algunas de esas adaptaciones pueden, en teoría, abrir camino a la obesidad", explicó.
Por otro lado, señaló que se desconoce cómo la falta de sueño crónica influye en los niveles hormonales.
Los expertos suelen recomendar que los adultos duerman entre siete y nueve horas por noche.

Fuente: MedlinePlus

miércoles, 6 de julio de 2011

Se reemplaza la "pirámide alimentaria" por un "plato" más fácil de entender.

En su esfuerzo más reciente por lograr que los estadounidenses consuman comidas más saludables y por combatir la epidemia de obesidad, el gobierno federal ha introducido un nuevo ícono de la nutrición llamado MyPlate.
MyPlate reemplaza a la pirámide alimentaria del Departamento de Agricultura de los EE. UU. (U.S. Department of Agriculture, USDA), que fue develada en 1992 pero que se había vuelto muy complicada en los años siguientes, según afirmaron muchos nutricionistas.
El logo de MyPlate les sugiere a las personas que consuman comidas equilibradas compuestas de raciones de frutas, verduras, granos, proteínas y una pequeña cantidad de productos lácteos. Para ayudarlas a tomar decisiones saludables, el USDA también está lanzando un sitio web llamado ChooseMyPlate.gov (en inglés y en español).

El sitio está diseñado para proporcionarles a los consumidores información práctica sobre la alimentación saludable. Por ejemplo, MyPlate recomienda reducir el tamaño de las porciones; hacer que las frutas y las verduras constituyan por lo menos la mitad de cada comida; hacer que al menos la mitad de los granos que se consumen sean integrales, por ejemplo, pasta y pan integral; y empezar a tomar leche descremada o semidescremada (al uno por ciento).
Además, el programa insta a reducir el consumo de sal y a tomar agua en lugar de bebidas azucaradas.
El sitio web ChooseMyPlate.gov también incluirá información para los profesionales de la salud, los educadores en nutrición y la industria alimentaria.

Robert C. Post, subdirector del Centro para Políticas y Promoción de la Nutrición del USDA, comentó que "la salud alimentaria nunca ha sido tan importante", especialmente dada la epidemia de obesidad del país. Según los cálculos federales, alrededor de dos tercios de los adultos estadounidenses y hasta un tercio de los niños tienen sobrepeso o son obesos. Todo ese peso agregado los pone en riesgo de varios problemas de salud, incluida la diabetes, la presión arterial alta y la enfermedad cardíaca.

Fuente: MedlinePlus